domingo, 24 de enero de 2016

¡Oh, captcha, my captcha!



                                                                                                                                                                                                                                                  "O Captain! My Captain!"
                                                                                                                                                       Walt Whitman

¡Oh, captcha, my captcha!
Tu turbia mirada
De ojo de tuerto
Torva se nos clava
Y nos hace extraños
Como un policía
Que nos intimida:
"Espere un momento,
Muestre sus papeles".
Tus letras filosas
Como alambradas
Nos cierran la puerta,
"Demuestra que no eres
Un robot", me espetas.
"Yo no tengo pruebas",
Contesto temblando.
Para demostrarlo
- Que eres un humano -
Deberás cumplir
Retos sobrehumanos:
En la luz borrosa
De la madrugada
O de anochecida
Fijar tu atención
En lúgubres cifras
Sobre un portal
- De puertas cerradas
Es lo que se trata -
O en letras borrachas
Que se tambalean
- Como a un descastado
Te van a tratar,
Que no habla el idioma,
Nuevo en la ciudad,
Que solo a las puertas
Puede saludar
O a ebrios que charlan
Sin articular
Al salir del bar -

¡Oh, captcha, my captcha!
¿No me reconoces?
Si ayer ya me viste,
Vine a saludar.
¿He de rebajarme
Siempre para entrar?

                                                             © Luis de la Rosa

lunes, 18 de enero de 2016

No somos el tiempo; somos un tiempo.


No somos el tiempo; somos un tiempo.
Eso significa que haya muerte.
Y la muerte es la piel de la vida.

Pero, ¿si fuéramos el tiempo podríamos ser un tiempo?
—El tiempo rebosando luz de un niño, por ejemplo—
¿No desaparecería todo
—Color, emoción, ilusión—
Como al alejar un google map al máximo?

Sin embargo, testigos como somos,
Creemos que una cualidad de la vida
De la que el tiempo, como un viento a unas hojas
Nos coloca enfrente,
Está delante, esperando solo a que montemos
Desde nuestro pesado vehículo de humanos
Para sentir sin restricciones.

¡Y es tanto lo que nos dice sin embargo
—El curso del sol, las estaciones, la luz y sombra—
Que el tiempo —mudo y expresivo—
Está hecho para ser nuestro espectáculo,
Y que las obras siempre echan el telón!

Pero nuestra conciencia —infinita como el aire—
Se cree con derecho a ese infinito
Que es el tiempo
Eterno.

El presente vivo cree ser
El legítimo propietario de la eternidad,
Como para hacerla viva con su vida.
Como hemos comprobado que ocurre
Algo diferente,
Hemos imaginado una conciencia
Que efectivamente es el tiempo
Y hemos terminado nuestra ensoñación
Creyendo que sea nuestra amiga
(Solo que en otro lugar).

Las trabas de la vida lograremos soltar,
Rescataremos el sol de primavera
Y jugaremos con él como un gatito
Todas las mañanas,
Y comprobaremos entonces
Que el infierno, probablemente,
Sería la eternidad
Y que una vida puede llegar a ser perfecta
Sin necesidad de llevárnosla en la maleta.


                                                                                    © Luis de la Rosa
                                               Tomado del libro "La sombra de la tarde"

miércoles, 13 de enero de 2016

La rutina


La rutina desmiente la vida.
Parece que tiene más derecho.
Es un ejército
De afiladas identidades,
De luces de interior,
De mañanas,
De tropas en vagones,
Que se apuesta ante ti
Para avasallarte
Cada día de guerra.
Quiere transformar en sueño tus búsquedas interiores,
Exige la inspección de todo tu cuerpo,
Sus manos médicas te colocan una máscara anatómica,
Dan armadura de ebriedad de mentira a tus palabras.
La rutina desmiente la vida
Y le da un sustitutivo
Que tiene su gracia.
Te da caldo de calor humano,
Un hueco en el inabarcable puzzle.
La rutina te hipnotiza con su intensa
Sensación de realidad.
Pero ¡atención!
La rutina es un mando intermedio,
Un gritón mediocre.
A las demandas de la vida
La rutina se aparta, subalterna,
Y te abandona como un falso amigo,
Y su ausencia es un vacío inesperado
En el momento del juicio.

                                                            © Luis de la Rosa

sábado, 2 de enero de 2016

Prótasis

Imagen: "Orfeo", de George de Forest Brush

Si de mi baja lira
Tanto pudiera el son que en un momento
Mi subterránea vida
Regalo de caballos recibiendo
De ritmo, recorriera
Por fin alegre el trayecto
Adonde el miedo
Ya no vive.

Si los colores de aire preso
Que enquisto volitivos en mis versos
Vivieran su nombre en milagro
De vida, y su alegría
Iniciara un bullicio
Que al sentado levantara en vuelo...

Si así fuera...
Pero el músculo vive de su incumplimiento.
La cláusula de si es suficiente
Sin necesidad de animarla apódosis
Para ser producto de todo
El desvelo de un hombre.
Como los hongos muertos, los frutos,
Las repetidas caras de las bestias,
Que no se redondean a un destino
Para que la forma no desaparezca.

Mil fracasos solo se levantan
(Recuerda el frío al final de cada uno)
Como el moho: sobre un mar muerto.

                                                                           © Luis de la Rosa