Casona verde naranja de Alicia Venegas Thayer |
El naranja es un color franco
Como
la luz del sol
Y
la naranja, que no la esconde.
El
marrón es honesto
Como
la tierra, como la madera,
Como
la mierda.
No
sonríe, mas su mirada pura
No
nos cansa con mentiras.
El
rojo es sólo físico, no nos engañemos.
Nos
da el vértigo de la vida tensada como hilo
Hasta
el límite de romperse, es sólo un momento,
Sólo
ese momento
En
que la vida explota y quizás termina.
Por
eso nos atrae como un precipicio.
El
azul y el verde se apartan distantes: se lo tienen muy creído
Porque
uno es el color de la hierba y otro el del cielo.
Dejémoslos
con sus egos: no responderán a lo que les demos
Sino
que lo absorberán todo; nos harán pesados
Con
su humedad.
El
negro es el duro color de la nada,
De
la implacable negación.
Sobrecogedor,
como el rojo,
Pero
no es de esta vida.
(Curioso
que ella tolere mostrárnoslo)
Ni
sensual ni sentimental,
Es
el color de la amputación de nuestros deseos,
Único
atisbo que nos es dado en vida
De
la esencia de no tenerla.
El
negro nos da dolor.
El
blanco también nos da, pero poco;
Es
severísimo en su parquedad de madre estricta.
El
blanco es como el hambre
Y
no tiene emociones,
Pero
está del lado de la vida, sin duda.
Poema del libro Espada de sentido
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