Vista nocturna de la Calle de Alcalá de Madrid (España). Foto de Antonio García Rodríguez. |
Al calor de Atocha
creí que una brecha
Se abriría y
escupiría fuego.
A la luz del cielo
sobre el Manzanares
Se secaría la
niebla y gritarían las pasiones.
En el bullicio
coloreado sobre fondo gris
Las piedrecitas
trajeadas se incrustarían en mi vida.
En la desnudez
danzante tras el fino biombo
De la Gran Arteria
se espantarían
Todos los límites.
Ciudad más preciosa
que ninguna
La que la
imaginación ofrece como futuro,
Ciudad comunicadora
de energía térmica
(O templadora de
plata, o regaladora de inviernos),
Ciudad como montaña
elevada
Sobre el común de
las vivencias,
Ciudad merienda para
afrontar la tarde
Imaginada soleada
que nunca finalmente
Encuentra hueco
preciso para penetrarnos.
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