La
lluvia teje laboriosa en las tejas.
La
lluvia fríe apetitosa en los plásticos.
La
lluvia acompaña con el frufrú
De su largo vestido de cola
A los coches que
circulan por la calle.
Cuando
la lluvia repiquetea irregular
Nos
intenta decir algo con ahínco,
Como
tratando de romper la tela
Que
la separa de la razón de los humanos,
Cual
los pájaros que cantando se interrumpen.
La
lluvia nos avisa melancólica
De
cuándo se acabaron sus fuerzas.
La
lluvia alza la voz con furia inútil
Cuando
quiere que callemos y evoquemos
Qué
cerca esta ella, la naturaleza.
©
Luis de la Rosa
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