Las olas pugnan por empujar hacia adelante.
Los ojos azulencos del agua
nos reflotan agarrándonos un pulmón con cada mano
Mientras su voz carrasposa
no deja de darnos su charla.
Hay que hacer un esfuerzo de
peso,
De esquivación del aire,
Para llegar al tesoro abisal
de los recuerdos
Que nos esperan como un
galeón hundido
Con una plétora abigarrada
de maravedíes.
El problema para la vida es
que su fascinación
Demandaría un continuo
caminar hacia atrás
Para ir recogiéndolos y
explorándolos,
Y eso es lo opuesto a su
dinámica.
Pero estaríamos tan
orientados si tuviésemos siempre a la vista sus mapas
Como en la pantalla de
nuestra tableta digital.
Sería como consultar en
google maps
La ruta a la felicidad o a
veces a la intensidad.
© Luis de la Rosa Rivera
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