"Dánae", de Auguste Rodin |
Umbrío humano,
Húmeda humana.
Onán enciende,
Dánae apaga.
Onán, su mano
Hace herramienta,
Pero no daga.
Dánae se tiende
Calenturienta,
Su cuerpo humano
Hecho tormenta
De oro regada.
Onán dispara
Marfil ardiente.
Del mismo cuerno,
No ebúrneo ungüento:
Dánae es dorada.
Ni penetrante
Ni penetrada.
Afortunado,
Afortunada,
Por lo que arroja,
Por lo que atrapa.
Onán lo dona
Y Dánae nada.
Onán se hierve
Frente al frío;
Solo el calor
A Dánae horada.
Como corriente
Que el metal tensa,
Que azota intensa
Piel delicada,
La poesía
Se representa
Y se traslada.
Onán poeta,
Lectora Dana.