domingo, 18 de noviembre de 2018

Creación



                                                                                                                                                                                                                                                                (Escuchando el segundo cuarteto de Borodin)

La voz propia es un ímpetu ciego entre ecos.
En el parto de la creación, los ojos están demasiado pegados
A las superficies de lo que nace de ellos mismos,
Superficies que ni siquiera son piel: son vestidos ya vistos,
Frases casi preexistentes, calor antes experimentado.
Quien crea no sabe si ese calor va a ser nauseabundo para quien lo reciba,
Si esas ropas suponen algo nuevo.
Solo se trata de dejar que el parto saque totalmente a la criatura
Con el ritmo preciso, con la adecuación justa a eso que no es más que nosotros
Pero ya otro a la vez, y que nace.
Será ese ritmo entonces prosa, puntuación: simple sostén
El que, reflejado en el espejo, sea música
Y la clave de la hermosura de todo.

                                                                                                                                                                            © Luis de la Rosa Rivera

domingo, 7 de octubre de 2018

Sin luz por el momento



Al otoño ya no le quedan ganas de vivir
Y sus fuerzas caen como la hoja,
Pero aún le queda por delante el vívido invierno.

La luz de otoño es cavernosa, alucinada.
La lluvia de otoño incita a caer con ella.
Pero aún falta una experiencia de enérgica realidad:
El terso sol de invierno,
La cercana compañía de su frío joven.

Las hojas han caído todas de mi árbol este nunca tan otoñal otoño.
He venido a parar a un bosque de troncos desnudos y cielo siempre triste.
Le pega al número de mis años: cuarenta y siete es un número en sombra.
La experiencia desvía ahora las aventuras como conocidos frutos perniciosos
Y enfrente queda un erial solo suavizado
Por el enigma de la niebla.

Pero más allá de las matemáticas del otoño
(Experto en restas y en el cero multiplicando
Muchas cosas sumadas en tantos años),
La espera y el caminar aun sin luz son amigos de la vida.
Confía en que ella aún tiene un invierno intenso que ofrecerte
En el que el cielo mesetario se ilumine en el momento menos pensado
Y vuelvas a ganar el paisaje entero y tu cuerpo.


                                                                                                                                                                            © Luis de la Rosa Rivera

domingo, 9 de septiembre de 2018

Cuanto más hueca, más grande es la tentación



La vida es tantos días cuevas
Y tan raramente puertas
Que hasta la puerta del infierno nos atrae
Si es grandiosa y parece llevar lejos.

Delante hay tantas veces pared
Que tras una boca de alcantarilla destapada
Se nos antoja ver el cielo, aunque luego
Se nos haga sospechosamente raro
El movimiento de bajar para alcanzarlo.

El vértigo es la tentación de lanzarnos al abismo,
Escribió Milan Kundera.

Ser algo es tan importante,
Da tanto miedo que nuestra conciencia sea un corcho de botella flotando en el agua,
Que cuando los demás declaran que nos ven
Aunque no veamos lo que ven, o no nos reconozcamos en su visión
Estamos dispuestos a agarrarnos con los dos brazos a ese fantasma
Invisible para nosotros pero que se experimenta sólido
Y dejar ir el resto de nuestras posibilidades.

                                                                                                                                            © Luis de la Rosa Rivera


viernes, 24 de agosto de 2018

La noche en vestido de seducción



Las calles urbanas, de noche,
Aprovechan para ser ellas mismas.

Posan en actitud interesante
Con su misterio de maquillaje de luz de luna
En realidad se echan luz de farola.

Se ponen música atmosférica
De generador eléctrico,
Para hacer sentir que estás en un lugar especial.

Apenas se descubren, como unos ojos que no hablan,
Pero son como un gato que te apuñala de repente con sus iris de acero
Mientras te ahorca con sus pupilas tensándose
Y luego se aleja deslizándose suave.
Es decir: inofensivas.

Las calles nocturnas son los andares de tu amante con actitud.

                                                                                              © Luis de la Rosa Rivera                                       


miércoles, 1 de agosto de 2018

Himno



Piel de toro
Deja de ser madrastra y aprende a querer,
Aprende a comprender.

No te mires
Tan solo en las palabras que te pintan bien,
Atrévete a saber.

Mira más lejos, más lento, permítete también dudar,
Es algo natural.
Mira muy cerca, a los tuyos, y no tan solo a una mitad,
Atrévete a cambiar.

Mientras pienses
Que lo que te define es una sola fe,
Una lengua, un papel,

Mientras eches
A herejes, ilustrados, rojos y a quien no es
Sencillo de entender,

A quien le digas que debe quedarse va a sospechar
Que lo vas a engañar
Porque lo que es diferente solo te interesa a ti
Como una posesión.

Goya, Lorca,
Machado, Luis Cernuda, Isaac Peral
Sufrieron tu moral

Pero luego
Una vez muertos te los quieres apropiar.
Y así el ego engordar.

Si a tus muchas virtudes añades algo de humildad,
Todo mejorará.
Si te adentras al fondo y dejas lo superficial, 
Sin duda ganarás.

                                                                              © Luis de la Rosa Rivera


lunes, 30 de julio de 2018

Silencio de nube




                                                                             (Cementerio monumental de Milán. 4-1-2018)

El silencio es un atributo de todo lo importante:
Los muertos se presentan en silencio.
La naturaleza se lanza mensajes en silencio
La nube a la rama, el jirón de césped soleado
Al cielo que retumba su azul—.
El tiempo se abre paso entre cortinajes de estruendo
O al menos apartando ramitas que crujen,
Pero él mismo con paso calmado y absolutamente fluido,
Sin roces que turben su silencio de nube.


                                         
                                                                                                                                                                                                © Luis de la Rosa Rivera

lunes, 23 de julio de 2018

La coartada de Madrid



Madrid es más ligero cuanto más al centro.
Fuera de él, la luz de azul y ladrillo pesa al meterse por los ojos.
Miles de polillas se arrastran cosquilleantes por los bordes de la Gran Vía
O se refugian en domésticas calles laterales.

Por muchos hierros que elabore el intelecto
Sobre lo que ocurre fuera,
Ese sol joven bañándose aquí y allá en sombra
Te sostiene más alto de lo que las palabras con su peso traducen.

Por eso en Madrid tanta gente usa palabras vacías.




                                                                                                                                        © Luis de la Rosa Rivera

domingo, 24 de junio de 2018

La huida de Pavese



Non parole. Un gesto.
Cesare Pavese (última nota en su Diario)

        "Basta ya de palabras. Un gesto."
Esa fue su claudicación.
El haber engendrado un mar privado
Como un jardín—
En que las olas rompieran, cantaran tristes
Su suspiro-grito de caracola sin esperanza,
Lo enganchó él con que las imágenes, la prosa de la vida,
Como un vehículo vulgar, marchara en otro carril,
Y las calles fueran siempre las mismas
Tras torcer a izquierda y derecha.
No parecía haber escapatoria.
Pero la salida era precisamente el mar.

No cabía ya en el habitáculo de su cuerpo.
Con la angustia y la amargura como trastos viejos
Parecía ya la casa de un Diógenes.
Por eso quiso entrar
Por la puerta mínima, rosa o blanca, de unas pastillas
Que, como la aguja de coser, mágicamente llevaban
Al otro lado del tejido.
Pero la vida no es de los otros
Ni de lo otro en nosotros
Aunque dance para que lo creamos.
La vida es un fracaso tan sin sentido
Que en el límite pierde la voz
Y es solo un ahora afónico, tranquilo, que solo mira —miramos—
Ni sonriente, ni enfadada, ni sarcástica.

(© Luis de la Rosa Rivera. Poema finalista del premio de Poesía Jovellanos El mejor poema del mundo 2017)


martes, 15 de mayo de 2018

Mayo 1968 - mayo 2018




Creía, de más joven, que fue la modernidad, el progreso,
Lo que trajo las películas de Pasolini o de Fassbinder,
La música popular que soñaba con realismo
En dirigirse a una masa popular imposible.
Lou Reed invitando al lado peligroso,
Wim Wenders llevando en camión
A aquel hombre desnudo por Alemania.

Han tenido que pasar décadas, ahora cincuenta años,
Para que quede claro que fue el sueño
De mayo del 68 el que trajo esa oleada
De coraje en el talento, de modelado de vasijas sólidas
Fabricadas a partir de la materia más líquida de la que están hechos los sueños,
De magma que rodó por toda la década siguiente
Borrando cualquier límite a la libertad que encontraba
Trazado en el suelo.
(A nuestro claustro conventual, como siempre, llegó más tarde.
Invertido quizás: en el 86
Nos quedaba algo de la libertad que surgió en otros lugares en el 68,
Ya enfriándose, es cierto).

Han tenido que pasar décadas para ver
Cómo en 1980 el vídeo mató a la estrella de la radio,
Y Pluto, a la estrella de Prometeo.
Cómo apagó su fuego, que había robado
Apocopado en Proteo, polimorfo por tanto—
De dentro de cada uno de nosotros,
Para dárnoslo y que a su luz viésemos nuevos caminos
En la estela de la revolución de los 60.
Fue aquella excepcionalidad la que desató
Tormentas liberadoras.

En el anticiclón actual, lo predecible es lo único posible
(Solo prediciéndonos puede la industria vendernos,
Controlarnos, exprimirnos).
Al Godzilla mecánico le ha llevado unos lustros
Comerse a todos los rebeldes,
Enfriar el canal ígneo que abrieron,
Allanarlo.
Pero señal de que lo está consiguiendo
Es que el pueblo pida vulgaridad,
Pan y circo sin más aditamento,
Mano derecha con mano izquierda,
Aislamiento, uniformidad, Gran Hermano
(La app nos la hemos instalado voluntariamente
Sin que nadie nos haya forzado).

También desde el otro bando se ha buscado neutralizar al individuo:
De nuevo consignas de grupo, ortodoxia de la heterodoxia
Tan rígida como la que pretenden combatir,
Un camino a seguir tan delimitado que no admite el baile del arte,
El temblor de lo espontáneo.

Queda una esperanza: si de entre el asfalto y las máquinas
De la nada, en lo que al pueblo se refiere—, surgió el 68,
Si de entre la otra iglesia surgió Pasolini,
Otro impulso igual de inexplicable puede volver a burlar
Cuando haya un cambio de ciclo
Hasta que de nuevo reaccionen— a esos poderes implacables
Pero rígidos de movimientos.
Quizás ya esté ahora mismo camuflado como Wally entre unos thumbnails.


                                                                                                                           © Luis de la Rosa Rivera

domingo, 29 de abril de 2018

Fotos veladas

Vista desde la ventana en Le Gras, de Nicéphore Niepce (1826-27)



Escribo poesía calcando de inmediato
La tinta del momento; enjugando la sangre, fresca en el pañuelo,
Sobre la lámina blanca.

Soy incapaz de narrar, sin embargo:
El relámpago repentino
Ilumina la casa entera y su paisaje,
Pero al ponerme a dar paso a todo eso
Me encuentro de repente en un pasillo
De luz blanca cegadora:
¿Dónde están los cimientos?, me pregunto,
No tengo tampoco los ladrillos.
Hasta la imagen de la casa parece querer darme esquinazo
Y solo queda su sugestión, que pugna también por escapar
Y a la que agarro en vano para acceder a los datos completos
De la revelación que sin duda hubo.
Es como esa vida de los sueños,
Llena de ruido y furia y que tanto significa,
Cuando a veces aparca muy cerca de la frontera de la vigilia
En un momento en que la barrera está levantada
Y parece posible pescarla y así obtener su revelación
Para el yo consciente.
Sin embargo en un descuido se ha vuelto a escapar
Y solo queda la fresca luz vacua del día
Tratando de seducirnos con su piel joven para que nos olvidemos de la otra,
Más apasionada.

¿La catedral del logro está sumergida en el sueño?

Más probablemente, es un estado parecido
Al de los pioneros de la fotografía
Cuando en los años 1820 lograban impresionar imágenes
Pero no conservarlas.
Faltaba ese recorrido extra de conocimiento
Y todo eran fantasmas que huían, sueño que no se materializaba,
Pasos dados en la oscuridad en territorio que sabían nuevo
Y que después debían desandar con excitación enfriada
De pies mojados tras una caminata en la lluvia,
Y salir por donde habían entrado.

© Luis de la Rosa Rivera



sábado, 20 de enero de 2018

Maquiavelo de travelo




   Los políticos del establishment decían, cuando necesitaban manipular las conciencias
   O dar un discurso ready made a los que querían acallarla:
   “No vamos a ocuparnos de esta cuestión”
No entraban en si dentro de la cuestión el tufo a podrido era indiscutible
Porque la respuesta hubiera sido obvia—,
No vamos a ocuparnos de este problema
Porque no es algo que preocupe a los ciudadanos”.
Los partidos progresistas atacaron este discurso
Con las armas de sus críticas aceradas,
Pero los ciudadanos que lo compraban ya tenían su escudo
Multifunción: protege, impide ver y también que te vean tal como eres.

Mucho después aparentemente,
Cientos de telediarios y focos de interés pasajero más tarde,
En otro contexto totalmente distinto
Pero en realidad no tan lejano en el tiempo,
Dijo el líder del partido progresista:
Nuestra nueva estrategia
Es olvidarnos de esa cuestión” (que algunos necesitan que abordemos)
Y centrarnos en los auténticos problemas de los ciudadanos,
Esos que ya teníamos apuntados en nuestra agenda.”
(Los ciudadanos que tengan otros problemas
Más vale que se callen intimidados
Por estos otros, que son mayoría).

Llegado a este punto, me desasosegó esta pregunta:
Cuando esa cosa que, al ser transparente, casi no se ve la honestidad
La apartan unos y otros
Y parece que ya no le dejan espacio en ninguna posición del espectro
¿Desaparece o queda abandonada en algún lugar?
¿Adónde ha ido a parar?

Probablemente adonde no hay poder,
Un lugar que no le interesa a nadie
Y nadie intenta controlar.
Resiste en las vidas de las personas cuya voz es ignorada
O a quien no le dejan siquiera articular su lenguaje en voz,
Resiste en los compartimentos estancos que escuchan y piensan
Pero no se montan en las palabras como si fueran bólidos de chapa
Útiles para adelantar posiciones o atropellar
Y no herbívoros que nos pueden conducir a la verdad si los seguimos sin violentarlos.
Resiste en quienes no se ponen las palabras como gafas de realidad virtual
La consigna tácita
Sino que las contemplan hasta que adelgazan
Y se ve por entre ellas la luz exacta del día.
                                                                                                                                                                                                      © Luis de la Rosa Rivera