martes, 15 de mayo de 2018

Mayo 1968 - mayo 2018




Creía, de más joven, que fue la modernidad, el progreso,
Lo que trajo las películas de Pasolini o de Fassbinder,
La música popular que soñaba con realismo
En dirigirse a una masa popular imposible.
Lou Reed invitando al lado peligroso,
Wim Wenders llevando en camión
A aquel hombre desnudo por Alemania.

Han tenido que pasar décadas, ahora cincuenta años,
Para que quede claro que fue el sueño
De mayo del 68 el que trajo esa oleada
De coraje en el talento, de modelado de vasijas sólidas
Fabricadas a partir de la materia más líquida de la que están hechos los sueños,
De magma que rodó por toda la década siguiente
Borrando cualquier límite a la libertad que encontraba
Trazado en el suelo.
(A nuestro claustro conventual, como siempre, llegó más tarde.
Invertido quizás: en el 86
Nos quedaba algo de la libertad que surgió en otros lugares en el 68,
Ya enfriándose, es cierto).

Han tenido que pasar décadas para ver
Cómo en 1980 el vídeo mató a la estrella de la radio,
Y Pluto, a la estrella de Prometeo.
Cómo apagó su fuego, que había robado
Apocopado en Proteo, polimorfo por tanto—
De dentro de cada uno de nosotros,
Para dárnoslo y que a su luz viésemos nuevos caminos
En la estela de la revolución de los 60.
Fue aquella excepcionalidad la que desató
Tormentas liberadoras.

En el anticiclón actual, lo predecible es lo único posible
(Solo prediciéndonos puede la industria vendernos,
Controlarnos, exprimirnos).
Al Godzilla mecánico le ha llevado unos lustros
Comerse a todos los rebeldes,
Enfriar el canal ígneo que abrieron,
Allanarlo.
Pero señal de que lo está consiguiendo
Es que el pueblo pida vulgaridad,
Pan y circo sin más aditamento,
Mano derecha con mano izquierda,
Aislamiento, uniformidad, Gran Hermano
(La app nos la hemos instalado voluntariamente
Sin que nadie nos haya forzado).

También desde el otro bando se ha buscado neutralizar al individuo:
De nuevo consignas de grupo, ortodoxia de la heterodoxia
Tan rígida como la que pretenden combatir,
Un camino a seguir tan delimitado que no admite el baile del arte,
El temblor de lo espontáneo.

Queda una esperanza: si de entre el asfalto y las máquinas
De la nada, en lo que al pueblo se refiere—, surgió el 68,
Si de entre la otra iglesia surgió Pasolini,
Otro impulso igual de inexplicable puede volver a burlar
Cuando haya un cambio de ciclo
Hasta que de nuevo reaccionen— a esos poderes implacables
Pero rígidos de movimientos.
Quizás ya esté ahora mismo camuflado como Wally entre unos thumbnails.


                                                                                                                           © Luis de la Rosa Rivera

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