martes, 29 de julio de 2014

NO A LA GUERRA



Lámina de "Los desastres de la guerra" de Francisco de Goya


No a los bombardeos de Gaza.


Los de arriba son de helio,
Son fantasmas, van montados
En sus trajes, en tacones,
Protegidos por collares
Y Mercedes y mansiones.

Los de abajo, tras notar
Ese peso de su cuerpo
Cansado tras el trabajo,
Sienten ahora que el helio
Que escapaba, huracán
Vuelve arrastrando hierros.
Las altas vigas de ideas
- Patria, venganza, rezos -
Que sostienen relajados
A los de arriba en sus lechos,
Hundir en la carne misma
Necesitan sus cimientos
De aquellos que se creían
Que solo el cielo era techo.
La troqueladora a veces
Para engrasar sus adentros
Precisa de sangre humana.
El fuego que bien despiertos
Mantiene a los de abajo
Se nutre de algunos de ellos
Para sostener el globo
Aerostático en el cielo.
Que haya este y oeste
Conviene a los globos de helio,
Que así no miran arriba
Cuando les cae un mortero
Los pobres colaterales.

El helio inicia el viento.
El oxígeno de humanos
-Como siempre- paga el precio.



domingo, 27 de julio de 2014

Epigrama en palíndromos


(Esto que he escrito es un divertimento. Vaya por delante mi admiración por esa valiente mujer y escritora que fue Anaïs Nin).

Malentendido entre Anaïs Nin y uno de sus amantes, sordo de deseo, al expresar ella su ídem de visitar el Imperio del Sol.

-Adonis sin oda,
Sorel, Eros,
Adán o gónada,
Noé meón,
Di, - ¡oíd! -:

¿Osaka acaso?

- Sí, Anaís
Nin,
Amada dama,
Aroma a mora,
Luz azul,
Arca sacra,
Alba tabla,
Lámina animal,
Lana anal,
Oda sado,
Sobarrabos,
Roba-sabor,
Anula-luna,
Sanacanas,
Salta-atlas,
Ama-cama,
Loca col,
Eva y ave,
Sinaí y anís,
Alabada bala,
Aleve vela,
O luz o zulo,
Seda o Hades,
Natas o Satán,
NIF o fin,

Sí, Anaís,
Al ocaso sácola.

¡Sabrosa sorbas!



EPÍLOGO: En efecto, al caer la tarde, el amante sacó la limonada de la nevera y se la ofreció a su amada, acompañada de una pajita. ¡Y lo que disfrutó Anaïs succionándola ávidamente! El amante disfrutaba también de verla y seguía apostrofándola con arrobo:

¡Liba hábil,
Sorbe-Ebros!

Tanto le gustó a Anaïs, que se olvidó del viaje a Japón. Quizás allí no habría limonadas. Y si las hubiera, seguro que las tenían más pequeñas.

lunes, 21 de julio de 2014

Marcas



Esta es la época de las marcas en el alma
Valoradas, los bellos dibujos en la blanca
Pared. Lo que ha mordido o teñido
Nuestro yo, nuestra yema
Que flota en la aceitosa albúmina:
Tatuajes, manías, fetiches.
No está el valor en el alma rasa
Sin condicionantes
Virginalmente en su punto para ser manipulada
Por intereses sociales, por conveniencias multitudinarias.
Las cicatrices de nuestra alma, en las que comparecemos,
Son lo más fiable, más humanas
Que un credo supuestamente humano;
Lo inmanente, más puro que lo que hemos
Inventado como trascendente
-Sobre todo, desde que olvidamos
Haberlo inventado-.

Me abrazo a mi fetiche
Me cuelgo de mi tatuaje
Camino sobre mi manía

El aire fue expropiado poco a poco
Y poblado de espectros.
Nos quedamos, cautelosos,
En los ríos de fuego,
En las estrías del cuerpo.

sábado, 12 de julio de 2014

Poema de Luis Pimentel.

Luis Pimentel (1895-1958) fue un poeta de Galicia. La mayor parte de su obra la escribió en gallego, aunque también son suyos dos libros en castellano. Publicó solo un libro en vida; los demás vieron la luz póstumamente. Como actividad profesional ejerció la medicina en Lugo. Este trabajo suyo queda reflejado en varios de sus poemas, por ejemplo en este que comparto y que me pareció conmovedor. Es de su libro póstumo en castellano Barco sin luces.

                                                                      

De Luis Pimentel me gusta que es un poeta que trata de captar la emoción o la percepción primeras, sin elaborar demasiado, simplemente intentando ser honesto, certero pero también amplio, intuitivo. Sus poemas a veces parecen hasta ingenuos; se nota que es un poeta que no deja todo bien cerrado, concluido. Gracias a eso, los lectores le acompañamos en el viaje y nos quedamos en el mismo punto que él. Me gusta la manera sencilla en que este poeta consigue compartir con nosotros intuiciones muy sutiles sin aparente esfuerzo.



                                    File:Toronto Hospital for Sick Children. c. 1915.jpg


EN EL DEPÓSITO DE CADÁVERES HAY UN NIÑO

Ya se marchó el ministro del Señor
-visita de cumplido-
y su hisopo lleno de rutina.
Tú creías que era un sonajero,
y te quedaste muerto jugando con la lluvia.

El depósito de cadáveres es grande para ti.
Y la negra mesa.
Y tu sombra.
Y el silencio de cemento húmedo.

Tú y yo nos entenderemos eternamente.

Llega hasta aquí una canción herida
que se cae y se levanta.
Viene del misterio de los remansos,
en el río, bajo los chopos,
donde las barcas atadas
vigilan las estrellas que quieren ahogarse.

La ciudad no sabe nada de estas cosas,
y en tu cuerpo aún ha quedado
una luz tenue que alumbra el depósito:
la muerte que ha untado tus mejillas
de una cosa demasiado seria.

Pero en tus ojos aún existen
diminutos jardines encendidos
por los que jamás anduvieron tus pies,
tu pequeñita sombra.

Estás conmigo,
con las manos cerradas, apretadas,
sin querer soltar ese trocito de silencio
que te llevas de este mundo.


martes, 1 de julio de 2014

Enzensberger y la honestidad



  En una entrada anterior, el poema sobre los colores, un lector me comentó que le encantaba la honestidad del marrón. Sobre esa honestidad va este poema de Hans Magnus Enzensberger (nacido en Alemania en 1929). De todo, como vemos, está permitido hablar en poesía. Estamos en verano, así que esta entrada va en un tono un poco más ligero (más suelto, diría)...


La m...

oigo constantemente hablar de ella
como si fuera la culpable de todo;
pero observen qué suave y decidida
ella viene a sentarse debajo de nosotros
¿por qué entonces mancharle
su buen nombre
y prodigárselo
al presidente de los ee.uu.
a la guerra, a los policías,
a los capitalistas?

¡qué transitoria es ella,
pero qué permanente
todo cuanto cubrimos con su nombre!
he llegado a creer
que estamos explotando
a esta pacífica condescendiente.
si la hemos estrujado y exprimido
¿sería ahora el turno de ella
de exprimirnos la rabia?
acaso no nos ha confortado?

suave de consistencia
y singularmente no violenta
ella es sin duda de todas las obras del hombre
la más pacífica.

¿en realidad qué nos ha hecho ella ?