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viernes, 29 de enero de 2016
domingo, 24 de enero de 2016
¡Oh, captcha, my captcha!
"O Captain! My Captain!"
Walt
Whitman
¡Oh,
captcha, my captcha!
Tu
turbia mirada
De
ojo de tuerto
Torva
se nos clava
Y
nos hace extraños
Como
un policía
Que
nos intimida:
"Espere
un momento,
Muestre
sus papeles".
Tus
letras filosas
Como
alambradas
Nos
cierran la puerta,
"Demuestra que no eres
Un robot", me espetas.
"Yo no tengo pruebas",
Contesto temblando.
Para demostrarlo
- Que eres un humano -
Deberás cumplir
Retos sobrehumanos:
En la luz borrosa
De la madrugada
O de anochecida
Fijar tu atención
En lúgubres cifras
Sobre un portal
- De puertas cerradas
Es lo que se trata -
O en letras borrachas
Que se tambalean
- Como a un descastado
Te van a tratar,
Que no habla el idioma,
Nuevo en la ciudad,
Que solo a las puertas
Puede saludar
O a ebrios que charlan
Sin articular
Al salir del bar -
¡Oh, captcha, my captcha!
¿No me reconoces?
Si ayer ya me viste,
Vine a saludar.
¿He de rebajarme
Siempre para entrar?
©
Luis de la Rosa
lunes, 18 de enero de 2016
No somos el tiempo; somos un tiempo.
No somos el tiempo;
somos un tiempo.
Eso significa que
haya muerte.
Y la muerte es la
piel de la vida.
Pero, ¿si fuéramos el tiempo podríamos
ser un tiempo?
—El tiempo
rebosando luz de un niño, por ejemplo—
¿No desaparecería
todo
—Color, emoción,
ilusión—
Como al alejar un
google map al máximo?
Sin embargo,
testigos como somos,
Creemos que una
cualidad de la vida
De la que el tiempo,
como un viento a unas hojas
Nos coloca enfrente,
Está delante,
esperando solo a que montemos
Desde nuestro pesado
vehículo de humanos
Para sentir sin
restricciones.
¡Y es tanto lo que
nos dice sin embargo
—El curso del sol,
las estaciones, la luz y sombra—
Que el tiempo —mudo
y expresivo—
Está hecho para ser
nuestro espectáculo,
Y que las obras
siempre echan el telón!
Pero nuestra
conciencia —infinita como el aire—
Se cree con derecho
a ese infinito
Que es el tiempo
Eterno.
El presente vivo
cree ser
El legítimo
propietario de la eternidad,
Como para hacerla
viva con su vida.
Como hemos
comprobado que ocurre
Algo diferente,
Hemos imaginado una
conciencia
Que efectivamente es
el tiempo
Y hemos terminado
nuestra ensoñación
Creyendo que sea
nuestra amiga
(Solo que en otro
lugar).
Las trabas de la
vida lograremos soltar,
Rescataremos el sol
de primavera
Y jugaremos con él
como un gatito
Todas las mañanas,
Y comprobaremos
entonces
Que el infierno,
probablemente,
Sería la eternidad
Y que una vida puede
llegar a ser perfecta
Sin necesidad de
llevárnosla en la maleta.
©
Luis de la Rosa
Tomado del libro "La sombra de la tarde"
miércoles, 13 de enero de 2016
La rutina
La rutina desmiente
la vida.
Parece que tiene más
derecho.
Es un ejército
De afiladas
identidades,
De luces de
interior,
De mañanas,
De tropas en
vagones,
Que se apuesta ante
ti
Para avasallarte
Cada día de guerra.
Quiere transformar
en sueño tus búsquedas interiores,
Exige la inspección
de todo tu cuerpo,
Sus manos médicas
te colocan una máscara anatómica,
Dan armadura de
ebriedad de mentira a tus palabras.
La rutina desmiente
la vida
Y le da un
sustitutivo
Que tiene su gracia.
Te da caldo de calor
humano,
Un hueco en el
inabarcable puzzle.
La rutina te
hipnotiza con su intensa
Sensación de
realidad.
Pero ¡atención!
La rutina es un
mando intermedio,
Un gritón mediocre.
A las demandas de la
vida
La rutina se aparta,
subalterna,
Y te abandona como
un falso amigo,
Y su ausencia es un
vacío inesperado
En el momento del
juicio.
©
Luis de la Rosa
sábado, 9 de enero de 2016
sábado, 2 de enero de 2016
Prótasis
Imagen: "Orfeo", de George de Forest Brush |
Si
de mi baja lira
Tanto
pudiera el son que en un momento
Mi
subterránea vida
Regalo
de caballos recibiendo
De
ritmo, recorriera
Por
fin alegre el trayecto
Adonde
el miedo
Ya
no vive.
Si
los colores de aire preso
Que
enquisto volitivos en mis versos
Vivieran
su nombre en milagro
De
vida, y su alegría
Iniciara
un bullicio
Que
al sentado levantara en vuelo...
Si
así fuera...
Pero
el músculo vive de su incumplimiento.
La
cláusula de si es suficiente
Sin necesidad de animarla apódosis
Para ser producto de todo
El desvelo de un hombre.
Como los hongos muertos, los frutos,
Las repetidas caras de las bestias,
Que no se redondean a un destino
Para que la forma no desaparezca.
Mil fracasos solo se levantan
(Recuerda el frío al final de cada uno)
Como el moho: sobre un mar muerto.
©
Luis de la Rosa
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